Un decreto general, firmado por el cardenal secretario de Estado Parolin, extiende a los órganos de la Santa Sede lo que ya ha sido establecido por una ordenanza del presidente de la Comisión Pontificia del Estado de la Ciudad del Vaticano: sólo será posible entrar en las oficinas de la Curia con un certificado que acredite la vacunación o la recuperación del SARS-Cov-2