Abad de la Colegiata de Guadalupe

El venerable José Antonio Plancarte y Labastida es nombrado XVI Abad de la Colegiata de Guadalupe, su antecesor fue el Canónigo Sr.  José María Melo de Sotomayor, quien falleció el 18 de febrero de 1892.

El Sr.  Obispo de Querétaro Rafael Camacho, le escribe diciéndole “Usted debe de ser el sucesor para que ponga orden y apresuren la terminación de la obra de la coronación, usted está todavía de buena salud y le sobra tacto para poner todo en regla…” Varios obispos se unieron a este deseo del Sr. Camacho y a nombre del Episcopado Mexicano, firmado por el Sr. Alarcón, propusieron a Roma su nombramiento de Abad de la Colegiata de Guadalupe.  SCR V I p. 168

La respuesta del Papa León XIII al Ilustrísimo Sr. Alarcón Arzobispo de México, dice: “…Su Santidad benignamente accedió en vista de los merecimientos del referido sacerdote por ti, ardientemente recomendado, según el tenor de las preces que le fueron dirigidas y por consiguiente nombró al reverendo Sr. Don Antonio Plancarte, Abad de la dicha Iglesia de Guadalupe y obispo titular de Constanza…”

Enterado Padre Plancarte, de este nombramiento dirigió una carta a los arzobispos y obispos de toda la República y a los cabildos de las diferentes catedrales, a su familia y amigos anunciándoles su elección como Abad de Guadalupe y su consagración como obispo titular que sería el 2 de octubre.

El P. Plancarte escribe lo siguiente: …llegaron las Bulas de Abad y las recibí como un reo recibe la sentencia de muerte. ¿Qué puedo yo hacer de bueno en la Colegiata?  acepté no con gusto, sino con resignación la dorada corona de espinas que me brindó el Episcopado Mexicano…entraré a ejercicios, y en la soledad buscaré en Dios la paz y tranquilidad…

La madre Teodosia Maylén, Hija de María Inmaculada de Guadalupe enterada de este nombramiento le escribe: “…el haber sido nombrado Abad Mitrado de la Insigne Colegiata; es gracia que sólo a la Santísima Virgen podemos atribuir, porque de alguna manera ha de empezar a recompensarle, aquí en la tierra, tan arduos e infatigables trabajos, que en honor suyo ha emprendido…”

El Presbítero José María de Yermo y Parres, canonizado por San Juan Pablo II, el   21 de mayo del 2000, le escribe: “… acabo de saber que la Santa Sede lo ha nombrado Abad Mitrado de la Colegiata.   ¡Con todo el corazón aplaudo este acto de justicia!”

Y el Obispo de Colima Atenógenes Silva le dice: “…no se desaliente, ni se mortifique por nada,  amado hermano;  pues es tan grande la obra que usted ha realizado y tan fecundas  y trascendentales las consecuencias que van a resultar  para la gloria de Dios,  la honra de nuestra Madre Santísima y el bien de la almas,  que el calumniador está enfurecido;  pero como Dios le ha ayudado a vencerlo hasta aquí, así le ayudará en  el porvenir y usted triunfará de todo y de todos lo que los que lo atacan…”

“Ahora tiene Usted un nuevo campo donde desplegar su ardiente celo y tierna devoción. No cabe duda, amado Padre, que Usted es el hijo mimado de la Santísima Virgen; por tanto nos ha de alcanzar las gracias que necesitamos para ser perfectas Guadalupanas.” Esto le escribe la religiosa Antonia Maylén, Hija de María Inmaculada de Guadalupe.

El 6 de septiembre de 1895, prestó el juramento de obediencia como Abad Mitrado, ante el Sr. Arzobispo de México Don Próspero María Alarcón, estando presentes en este acto como testigos, el Ilustrísimo Sr. José Mora y del Río, Obispo de Tehuantepec y los señores presbíteros Dr. Don Francisco Plancarte, Dr. Luis Orozco y los presbíteros Miguel Plancarte y Rafael Calderón. El domingo ocho en la iglesia de Capuchinas, el P. Plancarte prestó y recibió del cabildo el juramento respectivo; y leídas las comunicaciones dirigidas al cabildo por el Ilmo. Sr. Arzobispo de México Don Próspero María Alarcón, dio posesión al nuevo Abad y se entonó el Te Deum. Crónica Tomo I.

Palabras que pronunció ese día el P. Plancarte: …humildemente os pido y os ruego por las entrañas de Jesucristo, y por esa milagrosa imagen que nos escucha, tengáis piedad de mí, roguéis por mí, y os dignéis aceptarme en vuestro corazón, no como vuestro superior, sino como el último de vuestros compañeros, el más indigno de vuestros hermanos y el ínfimo de vuestro servidor en Cristo…

El nuevo Abad de la Colegiata escribe: …el día 8 a las 11, tomé posesión de Abad, luego que besaron la Bula, pedí permiso de hablar, y les dije unas cuantas palabras, tan llenas de buena fe y sinceridad, que todos se arrodillaron llorando y luego me abrazaron. ¡Loado sea el Señor!

SCE V.II. P. 31

Los motivos principales que tuvo para aceptar la Abadía fueron: la conservación y perfeccionamiento de las obras emprendidas, el arreglo de la Colegiata en todos sentidos y hacerla modelo.  Dar mayor culto a la Madre de Dios, procurando que los habitantes del lugar donde estaba el templo, reformarán sus costumbres, practicarán su religión y aumentar el fervor y devoción a la Santísima virgen de Guadalupe.

Estos celosos pensamientos hicieron que comenzara a trabajar por el adelanto moral de los habitantes del lugar. Terminada las fiestas de la coronación se hizo cargo de todo lo que había que hacer para poner la Colegiata y la ciudad a la altura que deseaba.

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