Lo afirma la responsable de Prensa de la Archidiócesis de Montreal, Erika Jacinto, días antes de la llegada del Papa. Un viaje, dice, que ha suscitado “grandes esperanzas en la Iglesia en el camino hacia la reconciliación y la sanación”. Y, particularmente, en los pueblos indígenas: “Hay una gran movilización en ellos”. “Para ellos que el Santo Padre haya aceptado su invitación, a pesar de las condiciones físicas en las que se encuentra, – señala – es un motivo de orgullo y alegría”.