Monseñor Stepan Meniok, que huyó a Zaporizhia después de 2014, intenta guiar a los fieles en la zona más candente del conflicto. Algunos sacerdotes han permanecido en sus parroquias, pero ya no pueden abandonar la región. Pide oraciones por los que han invadido Ucrania, «que han perdido el rumbo» y se emociona pensando en su regreso a Donetsk