Francisco recibe a empresarios, directivos de empresas y banqueros de todo el mundo, unidos en una red que vive los principios de Laudato si’. Les recuerda la importancia de sus propias funciones: «Las grandes empresas condicionan el destino de los gobiernos, de las políticas, del desarrollo». Destaca el llamamiento del Pontífice a cuidar el medio ambiente anticipando la «innovación» ante la lentitud de las leyes de los Estados y a cuidar a los jóvenes.