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¡CORAZÓN DE ADVIENTO!

Este domingo 1 de diciembre, ¡damos inicio al Adviento! Un tiempo sagrado que nos invita a reflexionar, a abrir las puertas de nuestro corazón para que el Amor nos transforme, y como humanidad, redescubramos que el único camino hacia la felicidad y la paz es el Amor verdadero.

Por todas partes, los aparadores, las tiendas y los supermercados nos anuncian que las fiestas decembrinas están cerca. La mercadotecnia nos envuelve en un torbellino de regalos, modas, convivios, posadas, y reservaciones en restaurantes. Sin embargo, entre estas distracciones, corremos el riesgo de olvidar la profundidad del “Tiempo de Adviento”: una oportunidad única para mirar hacia nuestro interior, reconocer nuestras nostalgias más profundas y prepararnos para el encuentro con el Amor verdadero.

La palabra latina adventus significa «venida». En la tradición cristiana, celebramos que el 25 de diciembre nacerá el Hijo de Dios, y nos preparamos para este acontecimiento durante un tiempo especial que llamamos Adviento.

¿Cómo prepararnos para esta venida?
Es tiempo de analizar qué heridas cargamos en el corazón, de desprendernos de la superficialidad y abrazar la verdad de nuestra historia. Es momento de descontaminar nuestra mirada de vanidades que nos alejan del misterio del Dios hecho hombre por amor.

Es momento de encarar nuestras realidades más difíciles y reflexionar con el corazón abierto: las veces que hemos fallado a nuestros amigos, las veces que hemos dejado que la rutina y el cansancio siembre indiferencia entre nuestras familias, los días en que el egoísmo  ha guiado nuestras decisiones y la injusticia ha dictado nuestras estrategias, y el mundo que ha  establecido campos de batalla, declarando guerras que dividen.

En esos lugares, en medio de nuestras sombras, Dios quiere nacer como un niño pequeño, trayendo paz, perdón, fraternidad y sencillez.


Mientras nos distraemos con el mejor outfit o las ofertas navideñas, olvidamos lo esencial: preparar un corazón libre, sensible y humano. El corazón tiene la misión de dar profundidad a nuestras relaciones y construir encuentros que transformen nuestra vida.

El Adviento nos llama a mirar dentro de nosotros mismos. Nos invita a abrirnos al perdón, a la ayuda, al encuentro, y sobre todo, al amor. El papa, en la encíclica Dilexit Nos, nos exhorta a abandonar estilos de vida narcisistas e individualistas, y a conectar con el corazón para vivir plenamente nuestra misión: amar y ser amados.

En estas cuatro semanas de Adviento, pregúntate:

  • ¿Cómo está mi corazón?
  • ¿Qué necesito para abrirme al Amor y combatir el odio que impera en mi entorno?

Te invitamos a recorrer este camino espiritual.


Prepara un corazón de Adviento, un corazón listo para percibir el Amor, para darlo sin reservas, y para dejar que el nacimiento de Dios encarnado transforme tu vida y la de quienes te rodean.

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