El Papa Francisco recibió en audiencia a los Hijos de la Caridad y a los Hermanos de San Gabriel. A los primeros les recomendó mirar al crucificado y las llagas de los pobres, como hizo la fundadora Magdalena de Canossa, y a los segundos vivir en la escucha y el coraje, con humildad y fe, siguiendo las enseñanzas del fundador, y custodiar la abigarrada internacionalidad que caracteriza a la orden. La uniformidad mata, la armonía, fruto del Espíritu, hace crecer