Una de las mayores diócesis del país se encuentra entre las zonas más afectadas por el conflicto y está ocupada en gran parte por las tropas rusas. Monseñor Pavlo Honcharuk, que tiene un pasado como capellán militar y conoce bien el sufrimiento causado por la guerra, relata cómo vive la población estos días, entre las necesidades materiales y la necesidad de consuelo: «A veces sólo hace falta un abrazo y recordar que el Señor está cerca»