«Miles de personas se desplazan y millones padecen hambre» en Myanmar. En un documento firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal del país los obispos de la nación expresan su «profundo dolor por la situación actual del país» y su preocupación «por el altísimo riesgo que corren la vida y la seguridad de personas inocentes, especialmente niños, mujeres, ancianos y enfermos». Artículo de L’Osservatore Romano