Desde la mañana del 28 de marzo está disponible, a título experimental, un acceso para quienes deseen reunirse en oración, confesarse o asistir a misa. Discurre a lo largo de la nave derecha y se ha abierto con la colaboración de la Inspección de Seguridad Pública italiana «Vaticana», la Gobernación y la Gendarmería vaticana. «Queremos restablecer la máxima accesibilidad al santuario para la vida espiritual, litúrgica y celebrativa», afirma el Cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica.