En el marco de la celebración del Domingo de la Palabra, el Papa Francisco recordó que la misión de cada uno de nosotros es «ser anunciadores creíbles y profetas de la Palabra en el mundo», ya que esta «revela la novedad de Dios y nos lleva a amar a los demás sin cansarse». El Pontífice pidió también que volvamos a poner la Palabra «en el centro de la pastoral y de la vida de la Iglesia», escuchándola, rezando con ella, poniéndola en práctica y dejando atrás «la rigidez que nos esconde».