Entre las reliquias de la Pasión, no es raro encontrar fragmentos de la Cruz. Su descubrimiento por Helena, madre de Constantino, causó un gran revuelo en la época, relatado en fuentes hagiográficas y en el arte. La Cruz fue dividida en tres trozos que tomaron las calles de las ciudades más importantes: Jerusalén, Constantinopla y Roma, luego divididos a su vez para la adoración de los fieles en todo el mundo cristiano.