Don Gino Ballirano, párroco de la iglesia de Santa Maria Maddalena en Casamicciola -una de las zonas más afectadas por la tragedia del 26 de noviembre- explica por qué es importante la cercanía de Francisco a la población de la isla, y revela cuán preciosa es la energía de los habitantes más jóvenes, dispuestos a aportar su contribución y también a ayudar a la Iglesia a construir, juntos, esa cohesión social necesaria para curar las heridas.