Casi un centenar de soldados de Bakú y Ereván murieron en los enfrentamientos fronterizos de la madrugada de ayer. Rusia, que actúa como mediadora en el largo conflicto por la región de Nagorno-Karabaj, pidió un alto el fuego e instó a los dos países a evitar un «mayor deterioro de la situación». Esta mañana, sin embargo, el gobierno armenio denunció nuevos ataques de artillería