Poco antes del mediodía, Francisco inició una visita privada a su prima que vive en la zona de Asti. Otro de sus primos, que le recibió a su llegada, recuerda las cartas, los encuentros que tuvo en el Vaticano y aquella llamada telefónica sorpresa que recibió el día de Navidad del año pasado y que le acercó la esperanza del abrazo que ahora se hace realidad.