Llegaron a Italia desde Afganistán, Siria, Congo, Ucrania y otros países afectados por guerras y emergencias humanitarias gracias a los corredores humanitarios creados por Sant’Egidio. En sus rostros la emoción de una primera vez: la de encontrarse con Francisco. «Un proyecto ecuménico», dice el presidente de la Comunidad, Marco Impagliazzo, «que es una respuesta concreta a los traficantes de seres humanos».