«Es un problema de humanidad». En su conversación con los periodistas en el avión que le trajo de vuelta a Roma desde Budapest, Francisco habló de acogida, de la paz que «se hace siempre abriendo las manos, nunca con cerrazón», y de una misión en curso para favorecer la tregua. Y sobre su reciente ingreso en el Hospital Gemelli dice: «No perdí el conocimiento».