El Obispo de la diócesis haitiana de Anse-à-Veau-Miragoâne, Monseñor Pierre-André Dumas, recuerda la figura de la religiosa asesinada en el país caribeño: «Se convirtió en un punto de referencia para nosotros. Trabajó con valentía en una zona peligrosa para llevar ayuda concreta a todos». El asesinato se produjo en un clima de pobreza e inseguridad.