Las primeras víctimas de la criminalidad organizada son los últimos, esclavos modernos sobre los cuales las economías mafiosas internacionales se construyen. Así lo dijo Francisco a los participantes en el encuentro promovido por la Pontificia Academia Mariana Internacional, con motivo del 30 aniversario de la Dirección de Investigación Antimafia. Fuerte llamamiento a construir «casas» en el signo de la igualdad, la justicia y la fraternidad, desde las que difundir una cultura de la legalidad.