El padre Filippo Perin, de 52 años, es misionero en la región de Gambela, en la frontera con Sudán del Sur. Una hermosa tierra donde, sin embargo, no hay agua, la gente pasa hambre y el clima es insoportable. Su proyecto, apoyado por los Salesianos y la organización sin ánimo de lucro Cuore Amico (Corazón Amigo), consiste en abrir tantos pozos como sea posible para garantizar la supervivencia en un país donde la esperanza media de vida es inferior a los 50 años.