En su discurso a los participantes en la sesión plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias, el Pontífice recordó que San Juan Pablo II dio gracias a Dios porque, por intercesión de la Virgen, el planeta no ha conocido el horror del conflicto nuclear. «Por desgracia, debemos seguir rezando por este peligro». Que los científicos, añade Francisco, formen una fuerza por la paz