El arzobispo Gambelli celebró ayer la misa en la penitenciaría, con él, el cardenal albanés Simoni, víctima de la persecución del régimen comunista. A él el Papa Francisco confió un mensaje para llevar a todos los presos: «Les aseguro mi cercanía humana y espiritual. Les invito a confiar siempre en Dios, Padre bueno y misericordioso».