Después de la fortaleza, la justicia y la prudencia, la templanza es la cuarta virtud cardinal sobre la que Francisco invitó a reflexionar esta mañana durante la audiencia general celebrada en una Plaza de San Pedro. «Es la virtud de la justa medida» y «va bien con actitudes evangélicas como la pequeñez y la mansedumbre». No hace gris a la persona, al contrario, le da alegría porque «hace disfrutar mejor de los bienes de la vida»