El Papa presidió en la mañana del Jueves Santo la Misa Crismal en San Pedro, dando inicio al Triduo Pascual. En su homilía, Francisco señaló tres espacios de idolatría escondida en los que el Maligno utiliza sus ídolos para depotenciar la vocación de pastores: la mundanidad, el pragmatismo y el funcionalismo.