El Papa Francisco se reunió con los rectores de los seminarios mayores y preparatorios de Francia y subrayó la importancia de «una formación humana, espiritual, intelectual y pastoral» para las comunidades cuyos miembros provienen de diferentes contextos sociales y familiares y de diferentes culturas. Recomendó «el martirio de la paciencia» y a «no insistir en el peligro que representan las personalidades demasiado débiles y rígidas o los desórdenes afectivos»: «El hombre perfecto no existe».