El prelado celebró la misa según el rito de la Iglesia siro-antioquena maronita en la basílica de San Pedro. En su homilía, recordó la canonización de san Charbel Makhluf, monje muy venerado en el país de Oriente Medio, destacando cómo los conflictos conducen a «un rechazo monstruoso de toda convivencia social».