Aunque Francisco no se asomó a la ventana de la décima planta del Policlínico Gemelli para la oración mariana, muchas personas optaron por rezar en la explanada, ofreciendo un pensamiento por su total recuperación. A continuación, el Pontífice dirigió una carta al personal de enfermería del Departamento de Neuropsiquiatría Infantil y Neuropediatría, llamándoles «santos de la puerta de al lado».