En el convento carmelita de la ciudad del tristemente célebre campo de concentración, el prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano celebró una misa conmemorativa, recordando la figura de la copatrona de Europa, entrelazándola emocionalmente con la de su abuela materna, también ella víctima del exterminio nazi: por su intercesión, recemos por la paz en Ucrania y en el mundo, «no unos contra otros, ya no, nunca».