Con las Leyes de Reforma se decretó la supresión de todas las órdenes religiosas México, el Sr. Abad D. Antonio Plancarte, afligido por esta situación, pensó fundar una Congregación de Religiosas, adaptándola a las circunstancias.
El día 2 de febrero de 1878 en el Santuario de la Virgen de la Esperanza de Jacona, Mich. recibió el M. I. Sr. Abad D. Antonio Plancarte los votos de las ocho primeras religiosas con las que fundó la Congregación de Hijas de María Inmaculada que se dedicarían a la santificación y educación de las niñas.
“La educación religiosa de las niñas pobre es el campo espacioso que Dios ha confiado a las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe para cosechar óptimos frutos”JAP
El 15 de abril de 1879, el obispo de Zamora, José María Cázares y Martínez, hizo la erección canónica de la congregación en su Diócesis y fue aprobado su reglamento. Posteriormente, el 19 de septiembre de 1885, se realiza la erección canónica en la Arquidiócesis primada de México por el arzobispo Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos con el nombre actual de la congregación, Hijas de María Inmaculada de Guadalupe y finalmente la Santa Sede dio la aprobación la definitiva a la Congregación el 11 de agosto de 1899 por el Papa León XIII.
El carisma legado por el Padre Antonio Plancarte y Labastida es «seguir a Cristo Jesús, apóstol del Padre, a ejemplo de María Inmaculada de Guadalupe, sirviendo a los hermanos en los diferentes ministerios».
Su misión consiste en «colaborar en la obra evangelizadora de la Iglesia, enseñando a conocer y amar a Jesucristo en los ministerios de Pastoral Vocacional, servicio a la comunidad, educación, salud y misiones, teniendo preferencia por los más necesitados».