El primer viernes de Cuaresma, se realizó en el Vaticano el rezo del Rosario para invocar la curación del Pontífice. El cardenal coreano indica en la Virgen, Madre solícita que de modo singular participó en el misterio de la Cruz de Cristo, «el icono perfecto de la maternidad de la Iglesia a la que todo bautizado debe corresponder».