En el marco de su visita al santuario mariano de la Isla de Gozo, en su viaje apostólico a Malta, el Papa exhortó a la Iglesia maltesa a renovar su fe dejándose guiar por la Virgen María y volviendo a la esencia del cristianismo: «el amor de Dios que nos hace evangelizar al mundo con alegría; y la acogida del prójimo, que es nuestro testimonio más sencillo y hermoso en la tierra».