La humildad, la soberbia, el pecado del “habriaqueísmo”, la sinodalidad a la que hay que “convertirse”, la comunión, la participación y la misión que “salva”, fueron algunos de los conceptos expresados por el Papa en su tradicional discurso a la Curia Romana. «Somos leprosos, necesitados de curación». “Estamos aquí —yo el primero— para aprender a ponernos de rodillas y adorar al Señor en su humildad, y no a otros señores en su vacía opulencia”.