El Papa Francisco celebró la liturgia del 2 de noviembre para la conmemoración de los difuntos en el Cementerio Laurentino, en la zona de Castel di Decima. Antes de la celebración, se detuvo en el «Jardín de los Ángeles», zona dedicada a la sepultura de los niños que no han visto la luz, donde rezó ante las lápidas rodeadas de juegos y estatuillas y saludó a un padre que perdió a su hija. No hubo homilía en la misa, sino un momento de meditación y oración