El sacerdote maronita de la Eparquía patriarcal del vicariato de Jounieh testimonia cómo la guerra y la violencia en el país de Oriente Medio no han empañado el espíritu de acogida de las distintas comunidades, aunque sean de religiones diferentes. “Intentamos dar un testimonio de amor a través del deseo de cuidar de los demás: es una buena señal, teniendo en cuenta los tiempos que vivimos”.