Patton celebró la Misa en el Monte de los Olivos de Jerusalén. En su homilía, invitó a la gente a pedir el don de la paz recitando una súplica especial a la Asunta. La profecía de María, dijo Patton, concierne también a la historia que vivimos: «Pedimos que se cumpla el deseo de Dios para su pueblo y para toda la humanidad».