A las asociaciones de fieles italianos reunidas en confederación desde hace casi 25 años, el Papa Francisco les pidió que no se replieguen sobre sí mismas, sino que se renueven en comunión con la Iglesia, reinvirtiendo en el presente su patrimonio espiritual, económico, artístico e histórico: Dejen que sus antiguas prácticas litúrgicas y devocionales estén animadas por una intensa vida espiritual y por el compromiso concreto de la caridad, les sugirió