Dos días antes del 25 de diciembre, Monseñor Visvaldas Kulbokas, nuncio apostólico en Ucrania, relata la espera de los ucranianos entre la fe, la necesidad de seguridad y las enormes privaciones: el ejemplo viene de los niños que dibujan árboles decorados en medio de las bombas, el trauma existe pero el sentido de la fiesta permanece