El presidente emérito del organismo internacional leyó el decreto del Papa a los participantes en la plenaria de Roma: «La decisión del Santo Padre es el resultado de un estudio cuidadoso e independiente. No es una cuestión de abusos o mala gestión financiera. El trabajo para los pobres continúa». El nuevo comisario Pinelli: «Un control para mejorar lo que ya es excelente».