En el Palacio Real de Sakhir, en Awali, Francisco concluyó el Foro de diálogo con los líderes de las distintas confesiones. Hizo un llamamiento a la acción conjunta para reparar las divisiones: «Que el camino de las grandes religiones sea una conciencia de paz para el mundo. Oponerse a la carrera armamentística y al ‘mercado de la muerte’, aislar a los violentos que abusan del nombre de Dios y dejar de apoyar a los movimientos terroristas».