Como legado de su vida ejemplar nos dejó su apasionado amor a Jesús Eucaristía, su celo singular por extender la adoración al Santísimo Sacramento, ya desde su discernimiento vocacional vemos su vida eucarística y la oración que hacía durante la comunión: Dios mío, llamadme al estado en que queréis que os sirva.
C.E. VI A F Vol.4 p.31
…Pronunciadas las misteriosas palabras queda en mis indignas manos el sacrosanto cuerpo y preciosísima sangre de nuestro señor Jesucristo… pedí con todo el corazón ser buen sacerdote o morir… E.E. I D. V.4 T.VII-2 p.20